Era el año 2003, un tiempo en el que el mundo estaba en plena transformación. La tecnología comenzaba a avanzar a pasos agigantados, y la llegada de internet a los hogares cambiaba la forma en que las personas se comunicaban y compartían información. En un pequeño pueblo, vivía Alejandro, un joven de 15 años apasionado por la informática y los videojuegos. Aunque no había muchas opciones de entretenimiento, él encontraba en su computadora y en las noches en línea un refugio y una ventana al mundo exterior. La música de esa época, como el pop de Britney Spears, Backstreet Boys y Linkin Park, resonaba en sus auriculares cuando no estaba en clase. En 2003, también fue un año importante por eventos históricos, como la invasión de Irak por parte de Estados Unidos, que generó debates y cambios en la política mundial. En su comunidad, la vida seguía su ritmo tranquilo, pero en la escuela, las amistades y los sueños comenzaban a formarse, inspirados por las historias y noticias que llegaban desde más allá de las fronteras. Para Alejandro, ese fue un año de descubrimiento, de aprender a navegar en un mundo en constante cambio, y de comenzar a imaginar un futuro lleno de posibilidades.
